
Mi nombre en tu voz se hace melodía
-vuelve a decirlo, por favor-
Suena tan bien, articulado en tu boca.
Déjame escuchar que me conoces,
que soy importante en tu vida
y me recibes por quien soy.
Mi rostro en tus ojos se refleja tan bien
-vuelve a contemplarme, por favor-
Me encuentro una belleza renovada.
Tu mirada me devuelve un brillo de amor
que me habla sobre aquellas sensaciones
de las que soy fuente y objeto.
Yo en ti me recreo como por mano divina;
me transformo en la mejor versión de mí.
Por tu amor se delinean bellos detalles,
dibujas nuevos trazos en este ser
que se hace mejor cada vez.
Tú*
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