Déjame dormir
aunque es tu día;
suéltame la mano,
suéltame los labios.
no jales los cabellos
de la historia guardada
en faldas de una aurora
que no me pertenece
que no me apetece
mía es la noche
y la conozco
mía la penumbra
de ojos desvelados
parpadeantes
encendidos
Devuélveme el espacio
tú, memoria pasajera
no respires en mi hombro
no me tiembles en la cara
deja de sostener mis párpados
que tu día no lo reconozco mío
su luz me ciega, me castiga
por sentencias ajenas
que no me interesa
arrastrar
En mi noche liviana
de estrellas fugaces
danzaré cada deseo
que me brote de la piel
a voz en cuello articulado
a manos llenas
otorgado
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