
Qué cadencia
Temo
inevitable
de verme ahora
en este sobresalto;
dudo, temo y me alegro
de que alteres el cimiento
y estremezcas mis espacios.
Que el alma quiera arriesgarse,
que de nuevo fuera a equivocarse;
que ya le reconozco la terca voluntad
al sentir llegado el tiempo en que al amor
puede de nueva cuenta darse la oportunidad.
Y aquí estamos en la pista por azar o por destino
Tus manos me sostienen, y yo me aferro a tu cuello:
mudo la piel de la esperanza, las dudas y los sueños
menudo baile inesperado el que nos hizo coincidir.
Pero qué cadencia de la danza entre dos seres
que tras búsqueda incesante se encontraron.
Derraman cariño esos ojos y me tienes,
me atrapas; si me asaltan, al instante
se desborda mi ternura por tu ser.
Y qué cadencia la de este baile
que no he del todo disfrutado
mientras siga razonando
cada momento pasado
¡Basta ya de pensar!
pues contigo hoy
quiero danzar,
celebrar
y solo
ser.
Tú*
|