
Adicción
Me juzgas
moralista
por la copa que sostengo
la botella
que seduce mis sentidos
que me resta
o da razón
Me juzgas
ignorante de mi historia y
de la forma en que me marca
señalando mis carencias
mi dolor
Mi pecado, mi condena:
ignorar lo que proclamas
-poca voluntad
poca vergüenza-
pero
todo mundo tiene un punto
que le lleva a lo profundo
de su pozo personal
un secreto sufrimiento
que le lleva a la locura
cuando duele
cuando escuece
¿no es que surge tu adicción?
Un camino
una salida
que anestesie la aflicción
La adicción
que tantos rostros
tantos nombres tiene
la salida que no discrimina
y hace presas por igual
Cuando no se ve posible
que pudiera doler más
¿qué hay de diferente
entre las diluidas
ganas de vivir
y un etílico estupor?
Tiene mi delito
mi pecado
una sola diferencia al tuyo:
y es que el mío
es condenable
porque se puede ver
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