
¿Será posible que seas tú
el estandarte de mi paz?
¿Y que en medio de la noche
tus estrellas marquen norte?
Tus ojos cerrados simbolicen
fe serena en el mañana,
que no pierde el sueño
por lo que ha de suceder.
Te delate una sonrisa
dibujada mientras duermes,
anunciando que me sueñas
y me quieres junto a ti.
Que expectante, sin moverme,
te contemplo los suspiros:
por si advierto lo que callas
pero tu alma grita a voces.
Emites poemas en palabras,
tras las musas de tu día:
yo ambiciono ser al menos
tu más pequeña inspiración.
Un deseo constante, terco
de saberme entre tus brazos
pese a todas las razones
que me alejan hoy de ti.
Que tus manos me reclamen
piel de fuego que te espera.
Pretendan tus versos y besos
asaltarme la quietud;
que en aras de tan anhelada paz,
he perdido tanto! o quizá
la paz que defendí como eterna,
era finalmente circunstancial.
Sea cual sea el final del cuento,
que estés en él, pretendo;
que me pinte tu futuro
y me dé vida en tus anhelos.
Y aquí callada mientras duermes,
hilvano historias que quizá
por fortuna del destino,
entre sueños estés viendo.
Tú*
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