21 Altar de muerto




Altar de muerto
01 Noviembre 2012

Ya pasaba de medianoche. No hace falta que sea día de muertos 
pero la conciencia en aquel momento era más clara para notar su 
presencia. 
Se levantó por un trago de ese tequila que había dejado 
en el altar, 
si es que aquella peculiar ánima le había dejado un sorbo.

Efectivamente la botella iba ya por la mitad. Diez segundos mirando 
la bebida con cara de "no has cambiado incluso después de muerto" 
para que la voz de la visita no se hiciera esperar: 
"Aquello tenía mi nombre por todos lados." Ella rió.

—Exactamente así esperaba que me recibieras. Riendo. 
Dejaste de reír tan a menudo como antes desde que… 
—…desde que te fuiste? -interrumpió la joven-

Ella se sirvió un trago y tomó del altar un trozo de pan, ese, el favorito 
del recién llegado. Él se sentó en silencio junto a ella.

—Aj! Qué seco está este pan. No entiendo cómo te gusta tanto 
-el ánima ríe al escucharla y ella continuó- No te escuchaba reír desde, 
bueno…

—Me gusta el altar que me pusiste -dijo él- los tragos, el pan, 
las flores, esos versos que escribiste para mí… 
pero no hay una sola foto.

—Claro que no hay fotos. Teníamos veintitantos años. 
Creí que nos quedaba vida por delante. 
Creí que no se te ocurriría morir en mi ausencia. 
Esperaba volver 
para celebrar Navidad, para tomarnos esas fotos que nunca sacamos 
porque lo nuestro era tan "vivirlo al día", al momento… que precisa
mente 
eso nos hizo olvidar las fotos, las 
memorias... Cuando te fuiste 
todos quedamos impactados... Al parecer los guapos también mueren. 
-tras esa ocurrencia, ahora ella reía y lloraba a la vez-

—Tú eres la que no ha cambiado nada. -repuso el ánima conmovida. 

—Te equivocas. Tuve qué crecer para que no doliera tu ausencia repentina. 
Ante pérdidas así, se trata de crecer, ca
mbiar... cambiar o morir.



Entonces el ánima dijo: —De todos los tesoros que hay en este altar, 
es a ti a quien llevaría conmigo… pero elijo el tequila, por obvias razones.

Ella entonces dejó libres las lágrimas que había aguantado 
para no aguar la tertulia.

—Bueno, 
me llevo el tequila y tus lágrimas. Quiero irme con esa ofrenda 
que grita que me amas aunque ya no estoy. -dijo el muerto y tras un espacio 
de silencio, dijo- 
Debiste poner una foto de aquel artista que te gusta 
y al que decías que me parezco… ese tal "Adam Levine". 
Aunque me gusta más el dibujo.

La 
madrugada se iluminó de palabras y presencia hasta irse agotando.



—Gracias por venirme a ver. 
—Vengo más seguido de lo que crees. Gracias a ti por mantenerme vivo 
en tus dibujos y palabras.


Aquel amado joven se despidió, con la luz del amanecer 
iluminando una tarjetilla dedicatoria en el altar:

 

Raúl Allende V. 
Puebla, 9 de abril de 1984 - San Luis Potosí, 13 de noviembre de 2011”



Te amo, Raúl. Ya entendí que nunca te fuiste.

•● Citando en Mayo 2016 ●•
 
»Escribir no es
transformar el ego
en sustancia, sino
diluirlo para que
no envenene.«

-Kenneth Moreno May
Colombia.
 
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