La semana 26 30 de junio 2011 Finalmente fue que llegamos a la semana 26 del 2011. Esta primera mitad del año ha sido una enorme sorpresa, un obsequio, una locura, un irremediable remedio, temporada de cosecha, salud, oportunidad. Soy quien nunca imaginé que sería... y me gusta! Soñé en el pasado y hoy de esos sueños, se hizo realidad más y mejor; a veces "por las buenas" (tras entregar los proyectos en borrador a las manos divinas para la correspondiente edición) y a veces por las "no tan buenas" (al tratar de hacerlo a mi modo y al final venir a parar frente al Creador, con una masa amorfa de "proyecto" para ser re-generado) Miro atrás y siempre existió ese hormigueo en las manos que me tiene haciendo algo, tramando, experimentando (kinestésic@s suelen meterse en problemillas en el proceso de aprendizaje, pero me atrevo a decir que aprender así es más rico), así que llegar a hoy y verme como un proyecto en proceso de construcción, que nunca se acaba, lejos de desanimar, me viene como anillo al dedo (como aquella casa que siempre tiene un rincon para remodelar, un destartalado auto al que siempre se le esta reemplazando una pieza, etc.). Ser un Proyecto en el que se me permite invertir creatividad e ideas, sin el enorme estrés de que el resultado y éxito final depende completamente de mi, es un alivio al alma (hablando por mi, si de esta chica dependiera mi final feliz, estoy frita; no es auto-devaluación, es que me conozco). No deseo que sea de otro modo. Auque a veces pareciera que sí; en ocasiones en las que quisiera tener resultados rápidos de procesos lentos, o cuando me pica el deseo de leer  el final de la historia cuando no voy ni aun a la mitad... Cuando me parece que mi punto de vista es más razonable que el de Dios (como si no recordara mi corta perspectiva, recursos limitados y nulo conocimiento del futuro integral). Aun así, finalmente no deseo que sea de otro modo. De qué me sirve sacar la bolsa de palomitas de maíz unos segundos antes para encontrarme con que perdí una porción de las semillas? De que me sirve saltarme a las ultimas paginas de la novela para darme cuenta de que ni siquiera lo entiendo por no conocer todo aquello que salté? Regresaré la bolsa de pop-corn al horno, para después descubrir que aunque logren reventar las semillas faltantes, otras se quemaron; volveré a la porción del libro en la que me quedé cuando me asaltó la impaciencia para descubrir que aquello que debía intrigarme, no lo logra porque ya conozco el final que me apresuré en leer... Qué sinsabor (por no decirlo con palabras menos santas). Me sorprende la molestia que puede resultarme el que me cuenten el final de la película, pero me pueda urgir saber todo sobre mi futuro; cierto que lo primero involucra solo la dicha o desdicha de una tarde de cine, y lo 2º tiene que ver con la dicha o desdicha de toda una vida (y asociadas), pero en la poca experiencia que pudiera tener, o por muy poco que esta valiera, querer anticipar más de lo que me corresponde, manejando variables que no controlo como si fuesen definitivas, me traen más dolores de cabeza que paz; me privan de experimentar milagros y me impiden disfrutar aquello que hay ante mí para vivir... finalmente podría suceder que: El Escritor, la Mente creativa, el Hacedor de maravillas, el Dador a plenitud, podría estar escribiendo una Novela fantástica, una Historia que de tan asombrosa y buena, parece tan irreal ante nuestros ojos y bajo el efecto de la ansiedad más que editarla, la castramos, la censuramos, la reducimos a un texto soso pero "comodo y seguro"... Digo, cada quien estará en su derecho; a titulo personal, la "seguridad" como nosotros la definimos está tan sobrevalorada, que no quiero pensar que por aferrarme a ella, dejé escapar la mejor versión de mi sueño, mi milagro. Es la semana 26, es la mitad del año; y con esto que puedo medir con medidas humanas, un tiempo cronológico, no puedo saber qué resta por vivir, crecer, dar y aprender; aunque en sabiduría no descuide el sembrar salud, recursos y estrategias para el futuro, no puedo determinar el desenlace del 2011, y no me quita el sueño (a menos que sea de emoción o de los válidos días de angustia por la incertidumbre, que pueden darse mientras que esta no prevalezca)... Sí, es medio año; pero no sé si es media vida, un tercio, un cuarto... Menos aún vale la pena pretender que la controlo, que puedo decidir su desenlace (y si acaso puedo, líbreme Dios, pues quiero que Él sea el director, el escritor, Él que siempre lo hace mejor; y que aún allí me permite co-producir para disfrutar la alegría de ver como el aprendizaje y el adquirir sabiduría pueden hacerte cada día una mejor versión de tí mism@. Son 26 semanas de un año que pinta lindo. 25 años de una Novela que me apasiona... Oh! que tiene altibajos, cicatrices, Episodios poco agradables que parecían o parecen alargarse, ¿Qué Novela interesante no los tiene? (algunas historias hasta vienen por volúmenes!) Yo puedo ser tan desesperada que si de mí dependiera, el material que en manos de Dios pudiera dar para una colección, en mis manos resulte un cuadernillo... No, gracias. A veces asusta que se trate de una Tragedia, o desanima que se tratara de una Comedia (o una mala broma)... Entonces se trata de recordar que el Ser al que nos hemos encomendado, tiene "pensamientos de bien y no de mal" para nosotr@s. Entre capítulo y capítulo a veces me desoriento, pero cada vez me desanimo con menos facilidad y es mas bello seguir diciendo "y ahora qué?" Pero con una entonación diferente: no con desesperanza sino con interés, con asombro por los giros de la Novela... de la Vida! Confío que si el final no es integral, feliz y pleno, entonces no es aún el final. -Lafourchette