13 Visita Medica



Visita Médica
18 noviembre 2011
 
«Me gusta leerte, aunque escribas como enciclopedia»
Raúl Allende (9/abril/1984 - 13/noviembre/2011)



Debió ser la insolación de ese día, el par de somníferos, la tristeza,
las repetidas veces que repasé las pocas conversaciones
que quedaron por escrito... o la mezcla de todo, finalmente
traducido en una especie de "embriaguez mental".

El hecho es que entre voces indistinguibles y lejanas,
al abrirse la puerta frente a mi cama he visto entrar a aquel tipo alto,
bien parecido, en bata blanca y estetoscopio colgando al cuello
(a mi gusto, tenía cierto parecido con Adam Levine, cielos!).

En medio de la melancolía, de entre todo lo que tengo por decirle,
solo se me ocurre reprenderlo, para no perder la costumbre:

-"Doctor Allende, ese estetoscopio colgando otra vez,
paseando por todo el piso del hospital,
qué enorme foco de infección traes allí ¡ni te me acerques!"

Raúl sonríe como si no diera importancia a lo que le dice
la cascarrabias encamada, y mientras abre mi carpeta de registro,
alza la voz sin despegar la vista del papel.
 

-¿Qué tenemos aquí? (dice perdiéndose entre hojas y hojas)
  Parece que no hemos tenido una buena semana, cierto?
-Once días y trece horas (11/13 dice el registro)
-¿Contando obsesivamente desde cuándo?
-Desde un lamentable accidente de tránsito.
-¿Tuyo?
-Qué va. Mírame bien, doctor; lo mio es otra cosa...
-Creo que lo que te hace falta es un pequeño paseo.
  Levántate de esa cama y acompáñame
-¿A dónde?
-Aquí mismo, demos una vuelta por el hospital;
  te prometo que estaremos de vuelta para la cena.

El doctor Allende me lleva por los pasillos, las salas, las camas.
Me describe eventos y síntomas, me hace responder posibles diagnósticos.
Cama por cama, a veces acertando y a veces no, me tiene emitiendo
diagnósticos ridiculamente variados para un mismo pasillo:
 
¿Diverticulitis?...
Cirrosis hepática...
Infección de vías aéreas altas...
¿Infarto agudo al miocardio?...
Fractura de cadera...


Esto me está resultando fastidioso, pero hace tanto que no veo al sujeto,
que por pasar algo de tiempo a su lado, haría cualquier cosa que él
estuviera haciendo para unirme a su rutina y compartir el espacio.

Por ir distraída en estos pensamientos, no he notado que llegamos
a un sitio más silencioso. Atravesamos la puerta que permite acceso
solo al personal y en la que figura el sobrio rótulo: "Terapia Intensiva".

Nos acercamos a una cama en la que yace un joven varón.
Un escalofrío me recorre el cuerpo al identificar su rostro.
Siento rabia con el doctor, por hacerme llegar a esa cama, pero
no quiero romper con aquel espacio por el que tanto me he lamentado
no presenciar de cerca; por eso conservo la calma, tratando de disimular
el malestar para escucharle recitar el mismo ejercicio
que venimos haciendo durante todo el recorrido:
 

-"Paciente varón de 27 años. Accidente de tránsito.
El principal daño, un fuerte traumatismo craneoencefálico
que provocó hemorragia subaracnoidea...
Ah... nunca había usado palabras tan largas para hablar de mi mismo...
Pero, te das cuenta de lo atractivo que me veo aun estando entubado?"
 

Se escucha que afuera alguien explica lo sucedido a un recién llegado
y pone en palabras mas sencillas lo que acaba de describir mi compañero:
"...se golpeó la cabeza y entró sangre al cerebro; está inconsciente."

Su modo tan apacible de hablar y el sentido del humor que nunca perdió,
sumado a las voces de la familia tras la puerta, me van a desmoronar;
necesito cambiar el tema con una pregunta obvia: 


-Por qué está en Terapia Intensiva?
-Tú dímelo; tu eres la Enfermera -me ha pillado, pero me tiene misericordia-
-Pues... debió complicarse -digo con franco desánimo-
-Sí. Accidente cerebrovascular
-Coma...
-Así es... estoy fregado.
-Estamos
-Cierto
-Raúl, yo...
-¡Licenciada!, casi es hora de la cena; debo devolverte a tu cama.
Conoces el caso y su desenlace, no hay nada mas por hacer aquí; tu lo sabes.
 

Guardo silencio porque tiene razón: el panorama ya era desalentador
casi desde el principio. Pero tengo algo en mente digno de recordar:
 

-Y sin embargo abriste los ojos, alimaña, contra todo pronóstico
-¡Sí! -sonríe orgulloso- soy bien chin&"%, ¿a poco no?
-Lo eres, lo eres...

-¿Qué? No me vas a sermonear por malhablado?
-Y perder tiempo valioso contigo en modales inútiles?
-Aprendes rápido, Licenciada
-¡Ha! calla, granuja... sabes además que ese "contra todo pronóstico"
  yo se lo atribuyo a una fuerza divina, a quien te hizo tan chin&"%,
  y le estoy muy agradecida
-Lo se, lo se...

-¿Qué? Así nomás sin bromearme mis "sermones"?
-Y perder tiempo valioso contigo en discusiones inútiles?
-Aprendes rápido, Doctor
-No abuses, no abuses...
 

Salimos de la sala y mientras caminamos, los pasillos empiezan a oscurecerse.
La gente y los ruidos se van desvaneciendo tras nosotros
y llegamos a mi habitación.

Al subir a la cama, el hecho de que el paseo llega a su fin, muchas preguntas,
sensaciones, reclamos y lamentos vienen a mi mente y me cambian el rostro.
La mirada paciente de mi amigo parece decirme que el las ha escuchado todas...
y entiende. Eso debe aliviarme, porque al abrir mi boca, lo único que puedo decir es: 


-"¿Por qué, Raúl?"

-"No lo sé, sanguijuela.
Pero sí sé algo: aquí el de el coma soy yo.
Mírame a los ojos desgraciada, te voy a pedir algo:
Hazme el chin&@%" favor de vivir por mí."
 

Cualquiera diría que aquel malhablado tipo me estaba agrediendo.
Pero ya extrañaba yo que me hablara así, tan solo como el era,
como los dos éramos.
 

-Dime, ya fuiste a la exposición del doctor von Hagens?
-Body Worlds? (pocas personas citan ese nombre como si fuera
cualquier colega cercano; Raúl es una de ellas)... N-no, no he ido aún...

-Condenada. Para eso te quería. Con lo mucho que me habría gustado
ir a verla yo y lo mucho que me presumiste tenerla ahora tan cerca!
Sabes? De haber coincidido con el proyecto de ese genio,
habría donado mi cuerpo sin dudarlo. Te imaginas?
Inmortalizado y además de gira eterna por todo el mundo.

-Suena genial (realmente suena genial, aunque el tono de voz
con el que lo digo no parezca muy convencido,
espero que no me lo tome a mal)... sí, suena bien...

-Licenciada, se que esto duele, pero no dejes escapar el tiempo.
¿Acaso olvidaste que antes de salir con ideas raras y viajar por allá
a estudiar tus teologías, jurabas que te ibas a hacer tanatóloga?
Decías: "todos nos quieren enseñar a vivir, pero na...

-"...nadie nos enseña a morir"

-Bueno, tenías... tienes razón. También tienes mucho por hacer;
demasiado como para permanecer más de lo necesario en esta cama.
¿No te gustaría tener mucho que contarme la próxima vez que nos veamos?

-La "próxima vez"?
-Claro! Si no eres inmortal, condenada

-Lo sé, alimaña! Me refiero a que el "médico ateo"
suena cada vez mas y mas místico
-Ah, cállate Licenciada... 


Solo bromas, en el fondo. A lo largo de nuestras conversaciones,
pude reconocer más piedad en este "ateo",
que en muchos autonombrados "creyentes".
 

-...Mejor ve usando esa boca para comer. Yo debo marcharme;
pero sigue mis indicaciones. Sigue de hecho toda indicación
que te ponga mas cerca de tus metas.

-¿Nos volveremos a ver entonces? ¿tienes algún tip para que así sea?
Digo, tú que ya estas allí...

-Nah, tú sigue caminando. Solo te diré que según lo he podido ver,
esto es más sencillo de lo que muchos nos lo pintan, o tratan de pintarlo.
Pero un asunto a la vez; por ahora, cenar y descansar...
 



No olvidaré ese beso en la frente.
Cenar, patrañas; con el beso me he quedado tan profundamente dormida
que tras ese espacio, solo pude despertar hasta que la luz de la mañana
me daba de lleno en el rostro.

Recuerdo a duras penas las ultimas palabras que cruzamos:
 

-Te he escrito un par de poemas, como lo había prometido
-Los leeré, preciosa
-Aunque escriba como enciclopedia?
-Aunque escribas como enciclopedia...
 


Él sigue haciendo falta, y a la vez no.
La definición de "inmortalidad" como
"la memoria que depositamos en los demás"
ha sido siempre una de mis citas favoritas;
y como todo aquello que me fascina, me resulta difícil de explicar.

Menos mal que eso nunca es esencial para creer.
 

___________________________________________
Este relato es un engendro
de muchas palabras cruzadas en conversaciones y mensajes
con Raúl, sobre todo en los últimos meses de nuestra amistad, 
y a la memoria de quien es publicado.


•● Citando en Mayo 2016 ●•
 
»Escribir no es
transformar el ego
en sustancia, sino
diluirlo para que
no envenene.«

-Kenneth Moreno May
Colombia.
 
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