12 Eclesiastes 3




Esclesiastés 3
14 de julio 2011


Siempre había leído Eclesiastés 3 a la expectativa del futuro,
pero en realidad no tengo ya en mente el futuro por ahora,
al menos no de esa forma.

He estado reemplazando esos espacios en los que solía soñar
(ya lo he hecho bastante), en contemplar en silencio el pasado
con un cuaderno de notas, para lograr entender,
encontrar el Reino de Dios en mi cotidianidad;
si determino la presencia de ese Reino, de su Justicia,
la teoría es que el futuro tiene las añadiduras.

Irresponsable? Paso a paso, cada día esbozo lineas y edito borradores
en los que he solicitado NO tener la última palabra, no puedo hacer más;
consigo, aprendo, crezco, vivo.

Pero la energía no puede acabarse en un constante acumular,
planificar y anticipar para aquello que no determino yo.

Cuando te acercas a tus propios límites, en el agotamiento entiendes
que vale la pena optar por vivir de manera orgánica el presente.
No el futuro.

Tampoco el pasado.
Solo preciso entenderlo un poco mejor; conocer y estar consciente
de la parte de mi historia que ya está escrita.
De ser tan cierto que la Historia es cíclica, quiero estar preparada
para el momento en que vuelva; consolidar la sabiduría
que se adquiere y requiere para el cumplimiento de un propósito
y una voluntad superiores, debido a que la eternidad,
aunque sembrada en mi corazón, no la puedo entender yo del todo.

Llegué al límite de mis sueños;
se me acabó el papel.
Conservo la memoria de cada uno,
las estrategias para aquellos que ya han germinado
y la responsabilidad de hacer lo que está en mi mano
para conservarle con vida.


Pero cada sueño que puedas imaginar, proponerme,
ya lo tuve, ya lo he visto con mis ojos cerrados,
ya entregué cada boceto;
incluso el mas simple, el mas improbable,
el mas repasado, el antiguo amarillento, el recién escrito... Todos!

No mas soñar,
a menos que algún boceto fuese del todo rechazado
y en lugar de reestructurarlo, se extienda alguna página en blanco.

Mientras tanto, se apaga el interruptor.
La luz de mediodía en los ojos me lo demandó...

-Lafourchette

                         ****
"Hay una temporada para todo,
un tiempo para cada actividad bajo el cielo.

Un tiempo para nacer y un tiempo para morir.
Un tiempo para sembrar y un tiempo para cosechar.

Un tiempo para matar y un tiempo para sanar.
Un tiempo para derribar y un tiempo para construir.

Un tiempo para llorar y un tiempo para reír.
Un tiempo para entristecerse y un tiempo para bailar.

Un tiempo para esparcir piedras y un tiempo para juntar piedras.
Un tiempo para abrazarse y un tiempo para apartarse.

Un tiempo para buscar y un tiempo para dejar de buscar.
Un tiempo para guardar y un tiempo para botar.

Un tiempo para rasgar y un tiempo para remendar.
Un tiempo para callar y un tiempo para hablar.

Un tiempo para amar y un tiempo para odiar.
Un tiempo para la guerra y un tiempo para la paz.

¿Qué es lo que en verdad gana la gente a cambio de tanto trabajo?
He visto la carga que Dios puso sobre nuestros hombros.
Sin embargo, Dios lo hizo todo hermoso para el momento apropiado.
Él sembró la eternidad en el corazón humano,
pero aun así el ser humano no puede comprender
todo el alcance de lo que Dios ha hecho desde el principio hasta el fin.

Así que llegué a la conclusión de que no hay nada mejor
que alegrarse y disfrutar de la vida mientras podamos."

Eclesiastés 3:1-12 (NTV)


•● Citando en Mayo 2016 ●•
 
»Escribir no es
transformar el ego
en sustancia, sino
diluirlo para que
no envenene.«

-Kenneth Moreno May
Colombia.
 
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