09 Heme aqui




--> Heme Aquí <--
26 de marzo 2011

"Gracias a Dios por esos miedos y dudas
que nos obligan a volver a echar la red sólo en su nombre."
-Elizabeth Martínez Rosas

 
Mi profesor de Espiritualidad -Juan Bek-, dice que cuando Moisés se acercó a la zarza en llamas, al recibir la misión encomendada, debió darse una enorme arrepentida por haber sido tan curioso y además, por decir "heme aquí"...

Me puse a pensar sobre mi propio "Heme aquí" (aquí me tienes)

 Esas dos palabras suelen traer en un futuro ciertas experiencias con las que no contábamos. Las más grandes arrepentidas vienen tras los tiempos de pasar por fuego, soledad, desierto y coloreando todo esto, las dudas sobre la presencia de Dios en el el proceso y su propósito con ello.

Quiere uno/a Evangelio?
Allí tiene a una pareja de situación social dudosa. Embarazados antes de matrimonio (y lo digo por las consecuencias del "escándalo social"), con o sin un quinto en la bolsa (ve tú a saber), dando a luz en un establo. No digo que aspiremos a eso, que sea el ideal, o que eso esté bien. Pero es la perfecta oportunidad para ser sinceros/as, de confrontarnos con el "heme aquí/yo iré" que alguna vez dijimos. Es escabroso, sinceramente a veces lo veo así.

Cuando venimos a ver las letras chiquitas del contrato, los fundamentos de nuestra confianza suelen temblar y nos obligan a repensar en qué nivel de entrega estaba nuestro "heme aquí" inicial.

A mí por lo menos me ha costado horrores en ciertas ocasiones, hasta llegar a replantearme incluso el llamado, la vocación. Me encanta el "me sedujiste" de Jeremías (20:7-9 por si acaso), siempre y cuando no se le reduzca a un "me enamoraste". ¡No! Me sedujiste en realidad tiene un sentido de "me jugaste chueco-me engañaste-me diste gato por liebre"... "y ahi voy yo de cabezón/a" (jeje)

me tienes hablando cosas que no quiero hablar,
me tienes anuncindo destrucción para mi pueblo...

ah... pero si tratara de callarme la boca reviento...
me siento como un mosquito siguiendo la luz de la lámpara...

¿Quién dijo que iba a ser fácil?

Comprendo que las crisis a las que nos enfrentamos, tienen que ver
con aquellas áreas
que no hemos entregado para convertir
ese "Heme aquí (ciertas restricciones aplican)",
en un auténtico "Heme aquí (Heme aquí, punto)".

 El problema no está en sentir el dolor, la frustración o la duda; el asunto es que aprovechemos esos espacios para tratar de deshacernos de aquello a lo que nos aferramos con uñas y dientes, que no queremos soltar de la mano. No creo que se trate de que el deseo de Dios sea ver hasta dónde aguantamos, de cuánto nos puede despojar, o qué tan miserables podemos sentirnos...

Pienso que se trata de lograr que nuestras manos puedan vaciarse de aquellas seguridades pasajeras, para poder llenarlas de cosas mejores, de valor perpetuo, de mejor calidad.

*Heme aquí pero no me quites a mi familia... y viene la crisis.
*Heme aquí pero mi personalidad asi es y así será... y viene la crisis.
*Heme aquí pero no me quites la seguridad económica... y viene la crisis.
*Heme aquí pero en el tiempo que me parece más oportuno.... y (diantres!) viene la crisis.

*Heme aquí pero como yo quiero, con el futuro que yo sueño, dejame poner las reglas... y, adivinen?... exacto... viene la crisis. etc...

Creo que tengo qué cambiar el discurso:
Heme aquí, con miedo en mí, pero confianza en tí;
con lo que de inicio soy, sin saber siquiera si voy a dar el kilo
(o el ancho, según como se diga en su pueblo).

Heme aquí, con un futuro incierto a mis pies, pero conocido para tí;
con mi alcance y capacidad limitados, pero en tus manos y poder ilimitado...

Heme aquí con nada más que lo que yo misma/o soy,
con mis sueños listos para ser pasados por tu mano, para ser cumplidos,
reescritos, modificados o enteramente cambiados por algo mejor...

 

*Y compendo que mi familia no la perdí, que les tengo
de modo distinto, pero están allí por siempre.

*Y resulta que mi personalidad era del asco
en comparación con lo que soy hoy día

(bueno, no del asco, pero qué miserias, no sabía
que podía ser mejor cada vez

y además resulta que me conocía menos,
mucho menos de lo que imaginaba).

*Y al parecer mis seguridades económicas, de salud, profesionales, etc., son temporales, son frágiles, son efímeras ("Júralo", me vas a decir;
pero en serio, se me olvida que yo, mortal, no puedo crear
de mis manos cosas inmortales o perpetuas, se me olvida más a menudo de lo que parece).
*Y me entero que el tiempo que me parece más oportuno a mí, es demasiado prematuro para dar ciertos pasos, y en otras ocasiones,
las oportunidades se me van que vuelan!
porque pienso que no son para mí, que mi tiempo llegará más adelante ("sí, chuchis...").

 

Mejor Camila tiene qué venir a cantarnos:
"Hoy me he dado cuenta que no había sentido tanto miedo antes,
que yo no decido, que Dios lo hace mejor"

(si la curiosidad es mucha, es la canción "abrázame")

*Y caigo en la cuenta de que como yo quiero, el futuro que yo sueño...
no es que siempre es malo o dañino, pero no siempre podría ser el mejor. Lo pensamos con nuestros recursos limitados y no salimos de nuestra parcela... he entendido que si quiero soñar alto, no puedo soñar sola.

 Quiero soñar con Dios, hacernos socios de modo que estando él por mí en este mismo proyecto, planee, desarrolle estrategias, conspire en mi favor y nos vayamos a celebrar cuando nos dimos cuenta que estamos más allá de lo que alguna vez imaginamos.

 Me cae el veinte de que mis reglas a veces son un reverendo despapaye y no dirigen nada... y que por otro lado, a veces no son flexibles; que no permiten la variedad y el sabor con el que la vida en potencia fue hecha para ser vivida. Que mis reglas a veces son incluso más cuadradas, dolorosas y limitadas que las que al mismo Dios le atribuímos.

Que mi justicia no es su justicia. Que mis límites y alcances no me permitirán jamás vivir a lo más cerca del tope del potencial con el que fui creada. Que Dios es Dios... y yo no ("Júralo", me vuelves a decir... pero es neta! se me va de perspectiva con frecuencia!)

No me permitiré ser salpicada de una felicidad
que inicialmente
se preparó o destinó
para que sea sumergida en ella.

No quiero ver a otras personas disfrutar
aquello que está para mí,
y que no pude tomar
porque mis manos estaban llenas de otra cosa.

Y mientras atraviece el desierto (con el cuál no me refiero a solo prueba, sufrimiento o soledad, tanto como el sitio en el que Dios me aparta para enseñarme, para hablarme y moldearme, para despojarme y volverme a llenar), mientras cruce ese desierto, no construiré allí mi realidad; no haré casa, ni edificaré allí. Del desierto hemos de salir cuando sea el tiempo indicado para que al recibir la bendición en las manos, estemos además capacitados/as para hacer de ello lo mejor.

Y aquí estoy, convirtiéndome cada día, rearticulando mi "heme aquí", arrepintiéndome y desarrepintiéndome, comprendiendo cada vez mejor, sorprendiéndome cada vez más, en un proceso en el que podremos tal vez sentirnos solos/as, pero nunca lo estamos.

 Y otra vez con temor y temblor, pero también con esperanza y emoción, vuelvo y digo "Heme aquí"

-Lafourchette



"Not alone"
La soledad es un suceso necesario de nuestro proceso, no así el abandono. Primero, Dios está innegablemente presente; y segundo, colegas, hermanas/os, vamos en la misma barca (o tren, avión, pesero, guagua, el que más les acomode...) Y si te toca muy cerquita mío, acuérdame a despertar si me duermo y platicamos en el camino...
Feliz viaje!


•● Citando en Mayo 2016 ●•
 
»Escribir no es
transformar el ego
en sustancia, sino
diluirlo para que
no envenene.«

-Kenneth Moreno May
Colombia.
 
Este sitio web fue creado de forma gratuita con PaginaWebGratis.es. ¿Quieres también tu sitio web propio?
Registrarse gratis