30 abril 15

¿Será posible?

Hace dos años al menos, compré esa camita gris, peluda,
para Tequila (recién llegada a mi vida, en Puerto Rico). 

Nunca le causó el menor interés.
Nunca la usó incluso aunque traté que así fuera. 
Me resigné y ya estaba para regalarla a alguien que pudiera tener
mejor suerte, cuando decidí meterla en una cama de lona roja que
sí usa ella. De ese modo, estaba más acolchonada y además
así la usaba de manera indirecta (terca yo?).

Hoy, después de unos cuantos días que la dejé afuera (fue una sorpresa
encontrarla adentro, no recordaba que allí estaba y resulta que me la traje
a México), Simón tiene ratos por la noche que se tumba en esa cama gris.

Simón llegó a la familia hace 4 meses apenas. Simón no estaba ni cerca
de pasarme por la mente cuando elegí y compré esa cama.
Simón la usó dos años después.
Se acostó en ella y es hasta de su talla.

Algo ondea en mi mente mientras voy cayendo dormida, y el cirio
se consume en oraciones, algunas de las cuales, no comprendo.

Quizá en unos dos años me encuentre con algo tan claro y obvio
al mirar hacia atrás, que al pensarlo sólo me sorprenderé y reiré como ahora,
mientras veo a Simón tumbado en la cama gris, con su brillante mirada verde,
que siempre parece estar guardando en secreto algo que a mí
me gustaría saber ya, pero no es tiempo. Aún no.

 

•● Citando en Mayo 2016 ●•
 
»Escribir no es
transformar el ego
en sustancia, sino
diluirlo para que
no envenene.«

-Kenneth Moreno May
Colombia.
 
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