Por allí leí de una chica en whatsapp que debemos dejar de pedir
para nuestra conveniencia cuando estamos en tribulaciones.
Me parece buena combinación de palabras porque
cuando estamos atribuladas y atribulados,
nuestro panorama de las cosas suele limitarse.
Nuestra perspectiva de lo que "nos conviene", es decir,
lo que es mejor para nosotras/os, está disminuida
en comparación con la de Dios.
Justo ayer veía "Sweeney Todd". Lo trágico de esta película
no es que él es un asesino. No es que le hicieron una injusticia,
o que alguien le mintió, sino que su perspectiva es tan limitada
que piensa que la venganza es lo que le conviene; de modo que
cuando la felicidad regresa a sus narices
para que la tome con sus manos, la rechaza.
Cielos! Que no me pase Dios... abre mis ojos.
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