El asunto es que si te quedas esperando mucho,
te da suficiente tiempo (y de sobra)
para enojarte más y más cada vez.
Nadie se detiene, nadie aunque vea señales.
Tienes qué tomar el asunto en tus propias manos.
Llorar poquito (poquito, nomás) y tomar tus dos piernas
pa donde sigue. Llévate tú misma pa donde vas.
Con suerte alguien apriete el paso un poquito y te alcance.
|