Qué miserable la vida proscrita.
Raúl tenía razón: siempre elijo
estar muriendo de amor.
Aquí entre nos, tengo aun la esperanza tambien
de que el tiempo nos allane a ambos el espacio.
Que nos oxigene la vida.
Tuve una extensa y refrescante conversación con Roseleni
Qué dicha tener alguien al fin con quién hablar,
aunque esté del otro lado del océano.