Me encontré con Halys para charlar.
Fue todo un evento de ponernos al corriente y recibir confirmaciones divinas.
Sabía que debía verla, hablar, desde ayer domingo cuando al abrazarla
simplemente rompí en llanto y sin reparo de estar en el templo
y quienes pudieran oír, lloraba incluso gimiendo.
Gracias Halys, hermana.
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