A veces se me sale la sinceridad ridícula, como hoy...
Y me siento así bien estúpida.
No que me arrepienta. Sale la verdad, intenta y sale como puede.
El ridículo no importa... no mucho. O lo vale. No sé, lo vale.
Oye, hoy mamá y papá cumplieron 30 años de casados.
La comida en casa, los cinco, full house!
(Bueno, almost full... Faltaron Tequila y Simón).
De regreso a mi casa, papá charlaba conmigo y me pasaba
algunas perlitas de sabiduría sobre la pareja y me escuchaba
atentamente también. Además me dio una que otra sorpresa
con algo que dijo.
Tiempos decisivos se acercan.
No sé sobre qué, ni sé cómo o cuándo.
Tiempos decisivos se acercan.
Ese es todo el augurio que confirmó el colibrí negro
que vimos Abi y yo el domingo.
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