04 octubre 14

Esta madrugada soñe que nos veíamos en el parque tangamanga.
Estaba en tu carrito, contigo. Me bajé en la entrada porque me retaste
a caminar bailando. Tú avanzabas lentamente a un lado.
En algún momento te perdí de vista y también el camino fue desconocido.
Había señalamientos con nombres extraños.
No te veía y supuse que te habías marchado.
 
Dije "qué más" y secretamente estaba molesta pero trataba de superarlo.
Decidí pasear por el parque pero en ese momento saliste de una callecita
y dijiste "hola". Te habías ido a buscar estacionamiento.
 
Fuimos caminando por allí pero de un momento a otro entre charlas
que no recuerdo ahora, Ya estábamos en el carrito otra vez.
Me diste una pieza como una hoja de hule espuma que hablaba sobre
un reconocimiento. Era como general. Pero cuando nos detuvimos
debajo de un puente de ladrillos, la hoja tenía más cosas.

Decía mi nombre y hablaba en plural, como si viniera de ti y Dave.
Decía detalles sobre cómo yo era, qué había hecho para hacer mejor sus vidas
y la mía además de los riesgos a los que me podía enfrentar.
Me decía quién yo era sin darme cuenta.
Decía cosas muy específicas y ya no las puedo recordar.
Tenía dibujos y hasta sellos, como de autenticidad y llena de colores.
 
Abajo del puente hacíamos más bromas sobre nosotros.
La única que recuerdo fue cuando nos pusimos emotivos
y estábamos por abrazarnos. Dijiste algo sobre que alguien aparecería
desde sobre el puente y yo dije en tono de broma
" 30 cm de espacio entre los dos por favor" como los profes de las películas
con los chicos en los bailes de graduación y reímos...
Desperté entonces.

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Ya una semana, casi dos, sin dirigirme palabra, respondiendo con monosílabos...
Fue evidente el frío que se sentía y aunque deseaba mantenerme en el silencio
al que estaba sometida, decidí hablar. Arriesgarme a parecer estúpida,
por no perderlo y le escribí:
 
"Como este silencio no tuvo términos, no sé si estoy siendo
o he sido impertinente al escribir (pero he tratado de respetarlo
en lo posible desde el principio) e igual no pido respuesta.
 
Te he extrañado y lo quiero decir como algo natural, no como una presión
o un reclamo; pues el ayuno me ha llevado poco a poco de una etapa de
síndrome de abstinencia a una etapa de mayor reflexión.
No sé cómo continúa esto (supongo que no necesito saberlo) pero
hay noches oscuras (Brida) bastante interesantes aunque algo aterradoras
y es necesario vivirlas hasta el amanecer.
 
Anoche tu cena se enfrió y Tequila empeló tu lugar jojo...
ese tampoco es un reclamo. En realidad es más bien un destello de buena voluntad,
una realidad de desde siempre y hoy hecha obvia: En esta casa/alma tienes
un espacio reservado que te has ganado a pulso por el maravilloso ser que te habita.
La luz y la fuente de agua se encienden para ti como para cada persona
que vive en mi corazón y le da vida.

Son pocas quizá, lo se, pero las hay y entre ellas estás tú.
Y eso me hace muy feliz. Soy feliz de que existas.
De que seas como eres y de que te haya dado la gana compartirte conmigo.
 
Me dedico a asumir y alucinarme menos, aunque hay cosas -como estas-
que aprendo bastante lento (otras rápido y otras siempre las tendré qué
estar repasando) pero aprendo. Espero que cada evento, pendiente, reto y proyecto
que estás atendiendo se cumpla saludablemente, oportunamente, milagrosamente!,
según cada cosa lo necesite. Y no sólo lo espero: lo pido.
Sigo orando por ti con mi collar.
 
Después del alucine, viene el propósito y me gusta pensar que estoy ayudando
con mi silencio (el más que puedo, tú sabes que a veces hablo hasta por los codos
y si así hablo, imagina la mente). Ayudando, creyendo en ti, en tu manera de pensar,
de ver el cosmos. En todo aquello que desconozco pero tú no,
y que haces lo necesario. Que necesitas esto. Confío en Hashem más que en mí.
Y confío más en ti que en lo que imagino con los ruidos de "la noche".
 
Ayudando, pensando que crees en mí, que puedo manejarlo aunque
me lleve tiempo entenderlo (y si no, rogando que en lugar de orillarte
para que me baje del coche, me lo vas a explicar jojo).
Que crees que puedo ayudar así. Que puedes confiar en mi.
 
Me repliego y reporto con estas palabras para confirmar que no deseo ser
una carga en tu alma. Que no quiero ser un problema que tienes qué resolver,
un agente nocivo de el que te tienes qué alejar o un alma tan incapaz,
que te tengas qué preocupar al nivel de la ansiedad... y otras posibilidades
que yo no haya considerado. Porque no deseo ser para ti
lo que tú no has sido para mí.
 
Me repliego y reporto que sumando esa razón, he estado bien y lo seguiré estando.
Que la noche me asusta pero también le sonrío.
Reporto que te he escrito pues anoche soñé que charlaba contigo
y los detalles del sueño me hicieron sentir que debía comunicarte esto.
Reporto y me repliego."

 

•● Citando en Mayo 2016 ●•
 
»Escribir no es
transformar el ego
en sustancia, sino
diluirlo para que
no envenene.«

-Kenneth Moreno May
Colombia.
 
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