19 marzo
Tuve la dicha de encontrarme a mis hermanos por el Messenger, a Andrés
(que el 11 de marzo cumplió 20) y a Milca, de 17 años… el tiempo vuela rapidísimo…
ella cumple la mayoría de edad en tan solo medio año más!! Me dio tanto gusto
saber de ellos, me hacen mucha falta… no sé si te he platicado de ellos,
pero hemos mantenido una relación bien suave.
Y más si consideras a Dios como otro lazo entre los tres.
Cronológicamente soy la mayor, pero Milca es un ser muy equilibrado y Andrés
me cuida y se preocupa por mí como todo un hermano mayor, así que, al menos
según mi ángulo de vista… hemos ido creciendo a la par en muchos aspectos…
dicen que los chiquitos aprenden de los más grandes y les va mejor, que no se dan
tantos topes; de principio suena lógico, pero me parece que en “la práctica”
se rompen esquemas. Como yo veo las cosas, tal vez yo he aprendido más de ellos,
de lo que tal vez yo les haya enseñado y espero dejarles un poco de lo mucho
que ellos me han dado a mí.
Los amo muchísimo y la distancia me hace sentir con más claridad la necesidad que tengo
de ellos en mi vida… siento ganas de abrazarlos, de verles y reír con ellos… hasta extraño
su carrilla y su modo de aguantar mi genio. No soporto verles llorar (las contadas veces…)
sin llorar yo con ellos, aunque lo haga yo aparte y detesto verles sufrir…
Dios, dame el verles de nuevo junto a mí, aunque ya no sea por tiempos prolongados;
yo sé que ahora que estamos en la etapa de salir de casa, no es igual de sencillo permanecer
físicamente juntos, pero que el amor que no conoce distancia, permanezca.
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