15 abril
Esperé a que me dieran las 4:30am de Mexicali para que en
San Luis Potosí fueran las 6:30am. A esa hora papá ya se fue a trabajar,
así que está sola en la casa y tiene qué ser ella quien conteste:
-¿Bueno?
-Hola
-¿Hola?
-Feliz cumpleaños, mamá.
-¡Hay,… gracias, hija! ¿No es muy temprano allá?...
Lo era, pero ha valido la pena. En realidad cosas muy pequeñas
en la vida se necesitan para ser feliz. Una de ellas, saber que la
distancia no es razón suficiente que pueda separar a la gente,
sobre todo si hay amor de por medio. Ella es una mujer impresionante.
Ella vale la pena todo. Y cuando nos ven y dicen que en apariencia
nos parecemos mucho, espero que en el interior yo logre
ser tan sabia como ella.
-Hay, hija, pues muchas gracias; ahora descansa otro ratito… yo te llamo luego.
-Gracias mamá, saludos a papá y a Milca.
-Sí hija, gracias… adiós.
Adiós, mamá. Gracias, mamá. Besos, mamá…
y toda mi admiración.
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