01 abril 08

01 abril
Hoy celebramos el aniversario de bodas de mamá y papá.
Es el primer aniversario que me pierdo de cerca. Ya 23 años de matrimonio.
Todo el día los estuve recordando y por fin ya noche les he podido llamar
por teléfono y mamá contestó muy alegre… sospecho que dejó caer
una lágrima… yo dejé caer un par.

Sushi y un ramo de flores a manera de celebración y el amor que sigue
creciendo entre los dos. Me entristece saber que hay quien no cree en el amor
o que éste se va deteriorando con el paso de los años. Por fe y por lo que veo
en papá y mamá, guardo la esperanza de formar yo una familia algún día
(para el cuál no hay prisa).

Papá cerró con broche de oro la llamada cuando al saludarme,
entre otras bellas cosas, me dijo: 

“en realidad, a través de todo lo que hemos vivido, 
hay un punto en el que ella se hace 
completamente indispensable para mí”. 

¡Felices 23 años!

02 abril
Último día de práctica hospitalaria de pediatría. A veces parecía que
no se acababa, porque francamente las cosas que valen la pena cuestan
y lograrlo suele traer fatiga. Pero no me quejo.

Mirando hacia atrás, sé que he aprendido mucho y disfruté mucho la pediatría…
sobre todo disfruté mucho a mis pacientes. Desde pequeños críos prematuros
en incubadoras hasta fuentes inagotables de energía de 8 años corriendo
por el servicio. Mis pacientes son mi parte favorita del hospital; porque te he
de ser sincera, el hospital en sí no es mi ambiente. Me gusta más el área escolar,
la educación para la salud, afuera…

Y esto no se acaba aquí. Si terminamos éste período es porque
continúan las prácticas pero en salud mental…
ya que sepa de qué se trata esto, te contaré.

03 abril
“si no te portas bien, la enfermera te va a inyectar” 

ay… ¿cuántas veces habré escuchado eso? A veces me pregunto qué
me habrán querido decir. ¿Estaré compitiendo con el coco para ver quién
le da más miedo a los niños? Me lo pregunto por escrito hasta ahora pero
siempre lo he pensado, desde la primera vez que llegué a una primaria y vi
a los niños que entraban a su salón después del recreo, gritando como posesos
“¡¡allí vienen las enfermeras!!”. Ja, ja, justamente como alguna vez lo hice
yo (qué, todos hemos gritado como posesos alguna vez, lo bueno que yo
lo hice en mi infancia temprana).

Y ahora que hemos terminado prácticas en el hospital pienso cuándo
volveré a escucharlo. Bueno, basta con que me ponga de nuevo el
uniforme y salga a la calle; alguna madre con dificultades para controlar
al pequeño engendro dirá 

“mira, le voy a decir a la enfermera que te inyecte”. 

Ja, ja, ojalá lo mal portado fuera tan fácil de quitarse, total,
dicen que tengo buena mano.




•● Citando en Mayo 2016 ●•
 
»Escribir no es
transformar el ego
en sustancia, sino
diluirlo para que
no envenene.«

-Kenneth Moreno May
Colombia.
 
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