08 abril 08


08 abril

He tenido exámenes escolares de diferente forma… escritos, orales
y prácticos, ¡pero nunca un examen físico! La maestra de Fisioterapia
nos hizo un examen físico en el que hicimos varios ejercicios.
¡Súper! Dice que tengo buena condición.

Terminando el examen llegué al salón para la clase de Enfermería
Pediátrica y me encontré con la novedad de que estaban un par de
enfermeros vacunando a mis compañeros (ja, ja ¿no te estaba yo
diciendo el jueves? Lo bueno que mi tiempo de gritar como poseída ya pasó).
Y pues claro que me pasaron a formar literalmente y me aplicaron en un
brazo la del Sarampión (porque hubo un brote por acá en el norte)
y la de Anti-influenza; y en el otro brazo me aplicaron la de la Hepatitis
(ouch!) me duelen los brazos.

09 abril
Examen de Pediatría, vaya que el tiempo se está yendo rápido,
¿qué tanto hace que tuvimos el examen anterior? Pues bueno.
A ver cómo nos fue…
A veces no me cae el veinte de que ando lejos de casa… no se,
es una sensación extraña: estoy en el depa y de repente imagino que
si salgo de la casa llegaré a una de las plazas de mi ciudad o que visitaré
algún amigo (extraño a Raúl, ¡hoy es su cupleaños!),
o que voy a asistir al servicio de mi Iglesia.
O tal vez son imágenes tan familiares que a veces se activan en la imaginación…
o será que me he desvelado ya mucho… ja, ja, ja. Me preguntaron si me
urge regresarme a San Luis Potosí… ¡no me tienten!
 
 

10 abril
Siempre he batallado con el horario que habitualmente conocí…
levantarme antes de que el sol saliera y regresar a casa en el esplendor
de la tarde. Siempre dije que aprovecharía y disfrutaría más el día si
éste lo comenzara levantándome un poco más tarde y yendo a la escuela
pocas horas, si tuviera más trabajo en casa y menos fuera de ella.
Hoy tengo la oportunidad de probar todo lo que he estado diciéndome
a mí misma… y a Dios.

El primer día en ésta semana que ya no estoy yendo al hospital,
fue un completo desastre. Me levanté como hasta las 11 de la mañana,
desayuné-comí y como después se llegó la hora de ir a la escuela,
al regresar, se me pasó de media noche haciendo tarea… que desperdicio.

Con el pasar de ésta semana, he empezado a mejorar… a habituarme
a ésta enorme bendición de pasar la mañana en casa; ya hoy regresé
al gimnasio que días atrás había abandonado (no te conté que estaba
yendo, ¿verdad?) por “falta de tiempo” (patrañas?) y además hasta fui
a la lavandería y le di una manita de gato a la casa; además hice un desayuno
y una comida decentes. Y todo antes de que se llegara la hora de la escuela
(que hoy por cierto solo tenemos 2 clases, cada una de una hora ¿no es genial?).

Como no vamos a llevar Salud Mental, vamos a tomar en línea la materia de
Administración con el desarrollo de su respectivo proyecto, así que son igual,
cuatro materias, pero una en casa… y Dios me sigue dando esa oportunidad
de probar un nuevo horario para el día.

Extraño mi casa. Y cuando hablo de casa, siempre me refiero a todo
mi San Luis, con mis amigos, mi Iglesia, mi familia, todo. Pensaba que
esto se volvía más fácil con cada día que pasa; lo que estoy comprobando
es que mas bien es por temporadas y hoy he andado suspirando de más.
Que duro es a veces.





•● Citando en Mayo 2016 ●•
 
»Escribir no es
transformar el ego
en sustancia, sino
diluirlo para que
no envenene.«

-Kenneth Moreno May
Colombia.
 
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