Quién detiene tu imaginación, Bestia.
Con la carga del Mundo entero
-tal y como lo percibes- sobre los hombros.
Y nadie te pidió que la cargaras...
e impusieras.
Quién detiene el ocio de tu moralidad, Bestia.
Dictando leyes nacidas de tu entorno,
esperando que cada ser se ajuste a tu cintura agotada,
asfixiada.
Sé libre, Bestia... y deja vivir.
04.09.15
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