Acordamos vernos en la librería
frente a mi vieja fortaleza.
Acordamos vernos entre historias,
entre arbustos protectores
para aquellos que se miran
por segunda vez.
Pero te vi llegar, tan decidido,
tan extrañamente amable,
-como diseñado en mis deseos-
que tuve miedo y te fallé.
Te vi llegar, te vi esperar,
te vi marcharte tras mi insulto.
Mi temor de de encontrarte
perfecto frente a mí,
ha puesto zancadilla
a lo que pudo ser.
Te vi llegar, te vi esperar,
te vi alejarte tras mi insulto,
desde un confortable balcón,
desde una, mi triste prisión.
25.02.15
|