Buenas noches, amor, hace años
que no te escribo como solía hacerlo, ¿verdad?

Entre que he creído varias veces que te había encontrado y mis reveses
considerando que soñar contigo es un escape fantasioso de la realidad,
por cada cualidad que te conferí el día que naciste en mis palabras...
no sé... y sigo con mis dudas. 

Sin embargo, volverte a soñar y creer que existes, que podrías llegar
incluso a través de mis ridículas señales establecidas...
 

Deberías poder pasar esta noche conmigo, ya.
 

Espero que te gusten los animales. Tengo dos gatos. Eso hay de nuevo
desde que te dejé de escribir por un tiempo.
Bueh... Hay un chorro de novedades. 

Sí me hice enfermera, y no, no lo esperaba pero también me hice pastora.

En estos años que no te escribí, sí pensaba sin embargo en ti,
tratando de descifrar si habrías aparecido ya al fin.

Quizá con un poco de duda, viendo todo esto como una especie
de fantasía irrealizable.

Pero aún creo que existes. Que estás por allí.

Dame una señal. Te lo ruego.