teD:
Hola cielo, ayer buscaba desesperadaente unos documentos importantísimos
para completar el expediente de mi visa. Repasaba una y otra vez las carpetas,
bajé cajas, abrí cuadernos, hojeé libros... bueno, tanto movimiento y con una
opresión en el pecho por el miedo de haberlos perdido... Santo cielo, hasta que
gemí, mis ojos se humedecieron de la preocupación y dije "¡Ay Dios mío!
¿En dónde los dejé?" Entonces en automático levanté una caja y estaban allí,
sobre un mueble, sin tanto escondite (podría jurar que ya había buscado allí).
En fin, creo que así me pasa contigo. Que estoy buscando y buscando
dónde te encuentro y a veces forzando la realidad, intentando encontrarte
en sitios remotos, difíciles, rebuscados y tú estás allí, a la vista, casi;
a una vuelta de hoja; en el sitio más sencillo y de la manera más simple,...
pero no logro verte, no logro ver lo evidente y sé que llegaré al límite
(que ya casi lo he alcanzado), pues tres veces por lo menos o hasta cuatro
he creído ya haberte encontrado y nada, falsa alarma... y sé que llegaré al límite,
y me sentiré infeliz de no tenerte ya a mi lado y entonces, ya al borde,
a una vuelta de hoja, de la manera más sencilla, te encontraré; para valorarte
por lo mucho que te he necesitado, que te he esperado, por la manera en que
aliviarás esa opresión en el pecho.
Hasta entonces, Lis.*
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