Soñé otra vez, que estábamos juntos.
Siempre que te sueño es igual.
Te veo y te siento tan real que el mismo sueño,
aunque ridículamente improbable, parece lógico.
Pero despierto y no recuerdo tu rostro, tu sabor y tú tacto.
Sólo sé que eras tú, pero no puedo aferrarme
a algo con mis sentidos.
Quizá mi mente cansada
y mi espalda mal acomodada me juegan trucos.
Preferiría que no se tratara de eso...
Porque en verdad estoy cansándome
de sentir que estás cerca.
La esperanza puede ser agotadora.
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