No te diré que perdí la conciencia
en el afán de olvidarte y
que el sueño inducido fue
más sencillo
que decirte adiós en carne viva.
No
me justificaré diciendo que duele.
Duele co
mo el implacable frío
en estos dedos desnudos y sin ti.
Duele como la certeza de que nunca
fui de ti, nunca realmente.
Vives en la herida pero
la piel es
mía todavía.
Quizá no desearé que
salgas en un tie
mpo.
Pero tarde o te
mprano drenaré
la infección autoinfringida.
Entonces nos diremos adiós y
en ese filtro me desvaneceré.
No te diré que perdí la conciencia
en el afán de olvidarte y
que el sueño inducido fue
más sencillo
que decirte adiós en carne viva.
08.09.15