
Colega Rómulo:
...Sobre lo demás, estoy igual que tú.
De hecho la vida a veces es agua y a veces es incluso
harina entre los dedos y no sólo se escurre: se la lleva el viento.
Ayer lavaba trastes como fallida ama de casa en formación,
y una pena me trajo ansiedad. Tanto se revolvieron mis entrañas
por un no-sé-qué, que dije "quizá si lloro se me pase,
sea lo que sea"...
A veces me siento tan tonta preocupándome por el romance
y la combinación de las prendas de vestir, cuando hay
en mi alrededor cercano -que casi me lame una mejilla-
voces llorando de frío, pidiendo una moneda para comer
o para dársela a la persona que le explota en las calles.
A veces me duele que me pregunten "Qué se te antoja comer?"
y esta y otras situaciones me llevan al borde del
síndrome de culpa del sobreviviente.
Enciendo una vela cada noche rogando
por mis colegas pastores llevados al borde del colapso nervioso
por un alma engreída que sufre necesidad patológica
de poseer la iglesia; por mis colegas pastoras
que no son reconocidas y son puestas a más pruebas
con menos retribución.
Pido deseando la paz
y con la misma boca pido visceralmente (como el salmista)
"que triture a mis enemigos"...
Me dan ganas de soltar la toalla, Rómulo querido,
por cada persona que quisiera ver incinerada...
Y entonces llego donde un par de adolescentes
en la Iglesia a conversar sobre la Biblia y escucho
sus preguntas "¿Entonces sí hay política en la Biblia?"
Y se interesan hasta llegar a ese "Aha!! Moment"
Veo entonces que vale la pena.
Que vivimos entre trigo y cizaña
Que a veces somos uno y a veces el otro.
Que se trata de la levadura que hay en nuestras manos,
que la revolución no es siempre una explosión superior.
A veces son aguas subterráneas.
El amor que respectivamente nos sonríe
-esa chica tuya, ese chico mío, esa nuestra familia-,
tiene voluntad, y si desea permanecer,
aprenderá a caminarlo con nosotros.
Poco a poco, pero tampoco se trata de
una eterna careta feliz.
Todo y nada tiene solución, cariño.
Sobre quienes quieren hacerme volver al camino
de la sobriedad y las "buenas costumbres",
mientras me tratan de convertir, río.
Hay qué reír para sobrevivir.
La lucha no es en vano cada vez que una persona
se me acerca y me dice "Eso es lo que necesitaba escuchar
y nadie se había atrevido a decir."
Mi vela se enciende por ti.
Porque el camino es larguísimo
Más largo que nosotros, así que no temas... Demasiado.
Tú eres magia, eres milagro.
Y es un orgullo militar junto a personas como tú.
Amor de siempre, Isa.
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