Princesas

 

Por otro lado, las princesas...
29 abril 2013

Estaba leyendo el escándalo que ha formado
la hija del Procurador Federal del Consumidor.
Daniela Benítez no fue atendida como le daba la gana
en un restaurante y amenazó con clausurarlo valiéndose
del poder de su padre. Al final, después del malestar
ocasionado al restaurante y comensales, tras los delitos de
abuso de autoridad y tráfico de influencias, todo amenaza
con terminar en una disculpa por parte del procurador.
Otra persona por mucho menos estaría tras las rejas,
por supuesto. 

Algunos comentarios sitúan a esta como la 'era de las princesas' 
en la política, dados los muy sonsos comentarios que la hija
del ínclito presidente de la República Mexicana ha escupido
desde que este resultó electo. Nadie les está pidiendo
una conducta irreprochable (les habla una ''hija de pastor'' jelou!)
pero otra cosa es el abuso de poder y el insulto al pueblo
en su propia cara. 

No por nada, el concepto este de ''princesita'' no me agrada
(no me gusta ni el concepto de las princesas Disni,
por más lindo mensaje que se carguen a cuesta
y la fe de la infancia femenina puesta en ello) porque
para que haya una princesa, hace falta el pueblo súbdito
y nuevamente, sólo en Disni, estas princesitas
obran benevolencia total para con toda especie
en derredor de ellas (inserte cantos de princesa junto a los
venados bebé y pajarillo posado en el hombro).

Las princesillas de nuestra realidad, comen de los impuestos
de la gente que suda el salario para sostenerse
y no se dan cuenta, sobre todo cuando esa plata les ha caido
sin que les cueste (shame on you, ''rey'' padre y/o ''reina'' madre).

 Así que no, no me late tragarme el concepto de princesa,
ni siquiera el de ''eres princesa de Dios'', porque
a estas alturas "algo" mal usado está eso de ser
"hija o hijo de un Rey".

Es una pena que se vaya perdiendo, de ese modo,
la confianza en cada dependencia de gobierno.
Que quede en evidencia así, por acciones de princesita
y principito (haciéndole la excepción al de Saint Exupéry). 

Por otro lado, esto matiza en colores más intensos
la necesidad de reafirmar nuestras alegrías pequeñas,
nuestros tesoros envueltos en los detalles "simples"
como aquello funcional en nuestro cuerpo,
el contacto con lo que honrosamente
sigue dando resistencia y ha sobrevivido en la naturaleza,
la sonrisa de un ser que amas, el abrazo,
un plato de sopa o un trozo de pan,
un beso inesperado, una noticia muy esperada
y el entendimiento de que es posible
crear y trascender en medio del caos.
Pues de otro modo, estamos condenadas
y condenados a ser de esos que mi maestro colombiano
(conocido pseudónimamente como Caracol Tigre)
dice que son los optimistas: "...gente a la que
no le llegó suficiente información"
...y eso tampoco era. 

 

•● Citando en Mayo 2016 ●•
 
»Escribir no es
transformar el ego
en sustancia, sino
diluirlo para que
no envenene.«

-Kenneth Moreno May
Colombia.
 
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