
Frío, frío...
14 de diciembre 2010
Leo y escucho noticias de casa mexicana:
frío, frío, frío...
hace mucho, mucho frío.
Por la bendición divina que no me gané yo
puedo desear ese frío en mi entorno.
La bolsita de agua en los ingratos pies que no se calientan con nada.
El ponche de frutas que mamá ha seleccionado
en cantidad e ingrediente exacto
El abrigo calientito de lana que mi hermano me cede sin que se lo pida
La casa impregnada del aroma a café
que papá bebe con suma devoción
Un momento sagrado en el sofá viendo una película con mi hermana
Una casa que hace notar la diferencia de estar resguardada en ella
al momento de salir.
Mirar el futuro con esperanza
Entender el lugar de lo material,
como un medio y no como un fin
Encontrar mayor placer en dar que en recibir
Hablar amor (mientras ves salir vapor de tu boca), porque
el frío va por fuera y no por dentro de ti
Dibujar o escribir con el dedo en un cristal empañado
Amanecer con cobija hasta el cachete, envuelta como taco,
renegando por levantarse
Que navidad signifique bebé Jesus (aww...)
Que bebé Jesus signifique amor del bueno
Que de hecho bebé Jesus signifique más de lo que nosotros
pensamos o queremos que signifique, porque gracias al cielo,
Dios no cabe en nuestras palabras, en nuestras Iglesias,
en nuestras manos...
Vivir el momento
Vivir un día a la vez
Vivir plenamente
Tan solo vivir!
(Y por qué no, la esperanza del apapacho
de un amorcito inesperado...jojo ♥)
Agradezco infinitamente esas memorias, ese deseo de frío,
y ruego y actúo por quienes (azotados por el empobrecimiento,
cegados por el enriquecimiento, heridos por las experiencias dolorosas)
se han visto privados/as de cualquiera de estos gloriosos
detalles de la vida que se suelen resumir como "Calor de Hogar"
-Lafourchette
Únase o participe de una causa como donar cobijas, alimentos, juguetes etc. Recuerde la enorme dificultad de sortear las inclemencias del clima invernal cuando se carece de recursos.
"...me preguntarán: "Señor, ¿cuándo te vimos con hambre y te dimos de comer? ¿Cuándo tuviste sed y te dimos de beber? ¿Alguna vez tuviste que salir de tu país y te recibimos en nuestra casa, o te vimos sin ropa y te dimos qué ponerte? No recordamos que estuvieras enfermo o en la cárcel, y que te hayamos visitado".
Yo, el Rey, les diré: "Lo que ustedes hicieron para ayudar a una de las personas menos importantes de este mundo, a quienes yo considero como hermanos, es como si me lo hubieran hecho a mí".
-Lucas 25: 38-40
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