En mis sueños tu rostro es sumamente cálido.
Eres capaz de sonreír con la mirada pero no bromeas
sobre el tema de tu chica (ajem... esa soy yo).
Se me antoja que me sacudas de brazos para que
se desprendan las escamas de las circunstancias.
Sería fabuloso poder escuchar a la par del sacudimiento:
"No importa a quién le parezca impropio, no importa a quién
le incomoda, quiénes hablan con las versiones incompletas y
lo que miran en sus mentes cuando nos miran juntos;
me he resuelto que estar contigo, hermosa, eso es de lo mejor
y aquí me quiero quedar".
Necesito esa clase de resolución, esperado Ted, digamos,
porque mi vida es compleja (e imagino que la tuya debe serlo
por igual, así de asombroso como ya eres, dondequiera que estés)
y esta clase de obstáculos... pues... siempre van a hacer acto de presencia,
de una o de otra manera; y por otro lado, porque es la clase de
determinación que sé que puedo prometerte una vez decida que
he dado contigo. No me daré por vencida.
También necesito esa determinación pues... Porque la quiero.
¿Quién no la querría?
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